En periódicos como El Mundo, o en la web de Cadena Ser, publican obituarios del actor que olvidan su trabajo más importante, El coleccionista, la obra maestra que lo catapultó al Olimpo cinéfilo. No sólo en el titular, sino a lo largo de todo el texto.
Como periodista de cine de Decine21, entiendo hasta cierto punto que se destaque en el titular que aparezca que trabajó en Superman, pues llama más la atención a las nuevas generaciones, y parece infalible por motivos de SEO, en una época en la que no se sabe que hacer para atrapar la atenciíon del lector. Pero ya que se ponen, podían haber tirado de precisión: en la primera peli de Superman Terence Stamp aparecía menos que los créditos del meritorio de producción; el del catering tenía más planos que él. Si de llamar la atención se trata, que lo hagan bien, donde tiene más presencia es en la segunda parte.
Pero no resulta de recibo que se olvide la película que William Wyler cocinó con tanto mimo, esa que luego Almodóvar recalentó en ¡Átame! sin pedir receta ni copyright.
El futuro pinta peor. Ya veo los titulares:
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“Adiós a Steven Spielberg, director de la mítica Always y el clásico Amistad” (lo de Tiburón o E.T. era puro relleno).
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“Descanse en paz Francis Ford Coppola, responsable de la inolvidable Jack” (la de Robin Williams con cara de treinta años en cuerpo de diez).
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“Muere Rafael Nadal, semifinalista del Conde de Godó” (Roland Garros, un torneo de andar por casa).
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“Nos deja Iker Casillas, mítico portero del Porto F.C.” (parece que nunca jugó en el Madrid).
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Y mi favorita futura: “R.I.P. Robert Redford, recordado por Capitán América: El soldado de invierno“. Sundance, Dos hombres y un destino, El golpe… ¡paparruchas!
Al tiempo.
