Cuando vi aquella película, protagonizada por Dustin Hoffman y Robert Redford, pensaba que el periodismo era todo sobre investigar en la sombra, tener una fuente secreta en un sótano oscuro y encontrar una conspiración tan grande que los poderosos se asustarían solo con mirarme. Yo me veía como un tipo misterioso, con mi bloc de notas, un teléfono público y apuntando cosas como “la verdad está ahí fuera” mientras, de fondo, una nube de misterio me rodeaba. Qué peliculón. Pero claro, la realidad… la realidad ha sido mucho más “realista”,
La mayor exclusiva de la semana la ha conseguido una periodista que ha hecho una investigación titánica… mirando los tuits de Karla Sofía Gascón a lo largo de los años para destapar todas las burradas que ha soltado. Tan simple. Me siento inútil por no haber caído en hacerlo yo antes. No sólo es una técnica de investigación revolucionaria, sino que te da tiempo de sobra para revisar los memes en Instagram mientras lo haces. Y todo desde el móvil, sin tener que meterte en un sótano.
Si en los años 70, Dustin Hoffman y Robert Redford tenían que perseguir la verdad entre humo de cigarro y con la sensación de que les iban a romper las piernas en cualquier momento, el periodismo hoy en día en España es más bien… ¿cómo decirlo? ¡Un “control + C” y “control + V”! ¿Investigación en el terreno? ¡Ja! Eso es para los románticos. Ahora la investigación de campo se resume en preguntar a tu tía en el WhatsApp de la familia si cree que la noticia es cierta o no, y luego ponerle el “¡compártelo, que es muy importante!” Como si ella fuera Garganta Profunda. Un nivelazo.
Ya no tenemos ni tiempo para ser como esos héroes de película. Un periodista en España no puede salir a la calle, porque, entre que hay pocos en la redacción y tienes que escribir hasta el horóscopo de mañana, te quedas todo el día en tu escritorio mirando cómo tu vida se reduce a hacer investigaciones tan intensas como buscar “Noticias sobre… (pon aquí cualquier palabra clave que se te ocurra)” en Google. ¡Cuánto hemos cambiado! ¿Quién necesita un edificio lleno de periodistas secretos cuando puedes ser el “Google detective” desde tu casa en pijama?
Y por último, la recompensa… ¡la joya de la corona! En los 70, si destapabas algo como Watergate, podías acabar siendo una leyenda. Toda una inspiración. Hoy, si eres un periodista en España y logras destapar algo realmente impactante… bueno, puede que consigas un montón de likes en Twitter, un par de retuits de cuentas bot y algún comentario del tipo “Excelente trabajo, compi”. Pero claro, el verdadero reto es que no se te olvide el hashtag. No vayas a pensar que #PeriodismoIndependiente es opcional. Y ya no le tememos a los hombres de Nixon, sino al algoritmo de Google. Ése que decide si tu artículo se ve o se pierde en el olvido de los “resultados de búsqueda”.
Así que, cuando me preguntan por qué estudié periodismo tras ver Todos los hombres del presidente, les contesto: “Porque pensaba que iba a ser un héroe del periodismo, pero al final soy un campeón del ‘Ctrl + C’ y ‘Ctrl + V’.
