Sí, has leído bien: no se trata de otro remake de Rocky, ni de la precuela del perro Butkus. Aquí la cosa va de cómo Sylvester Stallone convenció a medio Hollywood de que él debía ser Rocky Balboa. Una historia de superación que, curiosamente, ahora necesita otra película de superación para recordarnos la película de superación original.
En el rincón rojo estará Anthony Ippolito, que se pone los guantes de un joven Sylvester Stallone. En el rincón azul, Stephan James como Carl Weathers, alias Apollo Creed, el hombre que enseñó a Rocky a encajar golpes… hasta que dejó de encajarlos en Rocky IV.
La dirección recae en Peter Farrelly, el mismo de Green Book, lo que garantiza al menos un KO técnico de sentimentalismo. Y para que no falte el gancho cinéfilo, James tendrá que meterse en la piel de un actor que, a su vez, se metía en la piel de un boxeador que, a su vez, era el antagonista de un actor que se interpretaba a sí mismo como héroe. Sí, Hollywood se ha convertido oficialmente en un espejo infinito de metacine.
Entre tanto, los productores sueñan con que I Play Rocky sea el Creed de los making-of: un spin-off del spin-off del mito. Y nosotros nos preguntamos: ¿cuándo estrenarán I Play I Play Rocky para contar cómo se rodó I Play Rocky?
Al final, lo de I Play Rocky no es un caso aislado: es la confirmación de que Hollywood ya no rueda películas, rueda espejos. Un día te estrenan Rocky, al siguiente Creed, luego I Play Rocky y, cuando nos queramos dar cuenta, estaremos aplaudiendo el estreno de I Stream I Play Rocky: The Musical. Con butacas temáticas que vibran cada vez que alguien dice “Adrian”.
Se ve que la nostalgia siempre gana por puntos.
