El derrumbe ocurrió el pasado 19 de mayo a las 21:00, cuando unas cuarenta personas decidieron pasar una noche tranquila viendo cómo la gente muere en pantalla, algo que siempre resulta relajante… sin imaginar lo que les iba a ocurrir. Los asistentes declaran que escucharon un estruendo, pero al principio pensaron que era parte del sonido envolvente. Y claro, ¿quién no confunde una catástrofe real con la banda sonora cuando estás viendo Destino final: Lazos de sangre, perteneciente a una saga donde se suceden las catástrofes?
“Pensamos que era parte de la película. Hasta que un pedazo de techo me cayó encima y dije ‘¡epa, esto no estaba en el tráiler!”, explica Fiamma Villaverde, una de las espectadoras, que salió con moratones y un trauma y la firme decisión de no comprar entrada para la siguiente entrega. La próxima la ve desde el sofá y con un casco de bici.
Y yo me pregunto: ¿esto fue un accidente o una campaña de marketing con presupuesto limitado? ¿Acaso ya no saben qué hacer para que la gente vuelva a las salas?
Porque Destino Final es una franquicia, donde la gente muere por accidentes absurdos.
Y el techo cayéndose encima del público… es como si en Titanic saliera agua por los altavoces y todos terminaran flotando. Te podrían dar un salvavidas con forma de palomitero .
Imaginaos que esto se vuelve tendencia. Y que las películas se hacen realidad mientras las ves:
- Vas a ver Jurassic World: El renacer y a mitad de la proyección te sueltan un lagarto gigante por el pasillo.
“No os asustéis, chicos. Es sólo la mascota de la taquillera”. - Estás viendo Fast & Furious 14… y cuando sales del cine, te roban el coche. “Vin Diesel aprobó esta acción promocional”.
- Te metes a ver Solo en casa en Navidad, y cuando vuelves a tu residencia, está abierta y tus padres se fueron sin ti. Gracias, cine inmersivo. Ahora también tienes abandono parental en Dolby Atmos.
- Vas a ver El Lobo de Wall Street y cuando sales del cine… tienes tres créditos nuevos, una deuda con el FMI y un tipo queriéndote vender criptomonedas en el baño. “Experiencia financiera inmersiva. Ahora también puedes quebrar sin moverte del asiento”.
- Y ni hablar si vas a ver Del revés 2.
Y te sientan al lado de un/a ex.
Empiezas a sentir miedo, tristeza, asco y vergüenza al mismo tiempo.
“¡Emoción garantizada! (Y crisis existencial incluida)”.
En conclusión: el cine está innovando. Ya no basta con que la historia te atrape… ahora también te cae encima. Llega el cine experiencial versión “riesgo laboral”. Butaca numerada, palomitas grandes, y casco de seguridad incluido.
