Por razones absolutamente incomprensibles, no ha desestimado protagonizar la nueva película de Uwe Boll, uno de los peores realizadores de todos los tiempos. Así es, Armie Hammer protagonizará The Dark Knight, que pese a su título no tiene mucho que ver con El caballero oscuro, ni con Batman.
El rodaje comienza el 27 de enero en Croacia. En la cinta, basada en un guion original del propio Uwe Boll, Armie Hammer interpretará a Sanders, un justiciero que decide “poner manos a la obra” y perseguir criminales por su cuenta. Mientras se convierte en una sensación de las redes sociales y en héroe público, el jefe de policía local lo ve como un TikToker con licencia para molestar y se propone detenerlo.
Owe Boll ha sido muy claro: no, por favor, no confundan su película con la de Christopher Nolan. “Nuestra película es muy diferente, no hay riesgo de confusión,” dice. Aunque el título es igualito, la película de Boll probablemente tenga más en común con un episodio de La que se avecina que con el caballero oscuro de Gotham. Si la de Nolan es un filet mignon, la de Boll será… ¿un kebab frío que encuentras en la nevera?
Por si no lo recordáis, Uwe Boll es ese director alemán cuya filmografía es como una pizza quemada: difícil de tragar, pero imposible de olvidar. Es el “genio” detrás de desastres cinematográficos como House of the Dead y Alone in the Dark.
Pensábamos que nos habíamos librado de él, pues Uwe Boll dejó el cine en 2016 para abrir restaurantes. Lo cual tiene sentido. Tal vez pensó: “Bueno, si nadie quiere consumir mis películas, al menos puedo hacer que coman mis espaguetis”. Por desgracia, regresó en 2023 porque, aparentemente, el mundo no había sufrido lo suficiente. Ahora llega con “The Dark Knight,” su película número 37, demostrando que a veces la perseverancia es más fuerte que el talento.
Pero Uwe Boll no es solo un cineasta. Es una tormenta mediática. En 2006, cansado de las malas críticas, retó a boxear a cinco de sus críticos más despiadados, porque si no puedes convencerlos con tus películas, siempre puedes noquearlos. Ganó las cinco peleas y se coronó como el Rocky Balboa de los directores que nadie pidió.
En el fondo, yo admiro a Uwe Boll. De verdad. Porque él sigue haciendo películas, sigue creyendo en sí mismo, y sigue sin entender por qué sus películas no funcionan. Es como un niño pequeño que sigue intentando meter el triángulo en el agujero cuadrado y dice: “¡Es el juguete el que está roto!”
Os deseo a todos que Uwe Boll nunca haga una película sobre vuestro videojuego favorito.