Para los incrédulos, hemos recopilado las 11 secuelas que lograron lo imposible: arruinar franquicias completas. Son tan malas que hasta los fans más fieles quisieron tirarlas por la borda.
Preparáos, porque vienen curvas… y no precisamente emocionantes.
- Matrix Resurrections (2021)
Ay, Matrix, con lo que tú habías sido. Pasaste de marcar una generación a marcar el botón de “omitir película”. Lo que prometía ser una idea innovadora acabó siendo el “tú antes molabas” del cine. En lugar de la pastilla azul o la roja, preferías tragarte una para el empacho. El homenaje a la saga parecía tan forzado que daban ganas de volver a la Matrix… sólo para fingir que esta cuarta entrega nunca existió. - Speed 2 (1997)
¿¿Qué pasa si le quitas a Keanu Reeves y cambias un autobús por un crucero? Exacto: se hunde. Literal y figuradamente. Lo emocionante de un vehículo a punto de explotar se pierde en un barco que ni siquiera puede chocar con un iceberg. ¿Quién pidió ver un crucero a toda velocidad? Nadie. Ni los tiburones. Si Speed fue adrenalina pura, esta fue más bien un viaje aburrido en barco turístico… pero sin buffet. - Jungla de cristal 5: Un buen día para morir (2013)
Y en el puesto número tres… John McClane. Pero no el de antes, no. Ahora es un abuelo con una mala conexión de Wi-Fi. Bueno, sí, había explosiones, pero más que emoción daban sueño. El título ya lo decía todo: era un buen día para dejar morir la franquicia de una vez por todas. - Superman IV: En busca de la paz (1987)
¿Superman volando? Sí. ¿Un presupuesto digno? No. La lucha más épica de esta película fue contra los efectos especiales, que parecían hechos con cinta adhesiva y buena fe. Querían salvar el mundo, pero ni siquiera podían salvar la dignidad de Superman. Christopher Reeve dio lo mejor de sí, pero con un guion tan flojo y villanos de rebajas, ni el Hombre de Acero pudo evitar este naufragio. - Terminator: Destino oscuro (2019)
“Volveré”, dijeron. Y volvieron… pero mejor se hubieran quedado en el futuro lejano. Ignorar las entregas anteriores para “regresar a los orígenes” sonaba bien, pero el resultado fue más frío que el acero del T-800. Acción genérica, una historia sin chispa y una sensación de “esto ya lo hemos visto antes”. Al final, la franquicia se fue a la nevera, y ahí se quedó… junto al resto de los Terminators que preferimos olvidar. - Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017)
Ah, Piratas del Caribe, la saga que amamos hasta que empezó a oler a pescado pasado. Johnny Depp estaba tan cansado de Jack Sparrow que prácticamente iba en piloto automático, y los efectos especiales, aunque espectaculares, no pudieron salvar el barco. Más que la venganza de Salazar, esta película fue el hundimiento definitivo de una saga que ya pedía SOS. La confirmación de que ya era hora de dejar el timón y saltar por la borda. - Independence Day: Contraataque (2016)
Will Smith se bajó del OVNI, y con él se fue todo el encanto de la saga. Lo que quedó fue una invasión alienígena tan emocionante como un lunes por la mañana. Ni discursos épicos, ni héroes carismáticos, ni chispa. A esta secuela le faltaba de todo: alma, sentido, y hasta Wi-Fi para conectarse con el original. Más que un contraataque, fue una interrupción… de nuestras ganas de seguir. - La momia (The Mummy) (2017)
Las Momias de Brendan Fraser eran diversión pura, un festival de aventuras, risas y acción que te hacía querer cazar tesoros. ¿Y qué nos trajo este reinicio con Tom Cruise? El equivalente cinematográfico a abrir un sarcófago vacío. Ni terror, ni humor, ni nada que valiera la pena. Esto no fue un renacimiento; fue una descomposición a cámara lenta, o un descarrilamiento arqueológico. Querían relanzar la saga pero la enterraron más profundamente. - RoboCop 3 (1993)
El protagonista se oxidó para siempre. Lo que antes era un robot justiciero imparable terminó siendo un juguete de plástico para todos los públicos. En lugar de combatir el crimen con dureza, aquí parecía estar repartiendo flyers de “Seguridad para niños”. ¿La esencia? Perdida. ¿La acción? Desaparecida. ¿El resultado? Una película que no hay quien aguante. Más que RoboCop, esto fue RoboFlop. - X-Men: Fénix Oscura (2019)
La secuela que intentó resucitar un cómic épico pero terminó arruinando todo el universo X-Men. ¿La historia? Un lío. ¿Los efectos especiales? Hemos visto cosas mejores en una pantalla de Game Boy. Ni la gran Jean Grey pudo salvar esto. Un final triste para los X-Men. Ni Disney ha intentado traerlos de vuelta ahora que los derechos les pertenecen. - Conan: El destructor (1984)
Después de la épica Conan el Bárbaro se estrenó esta… ¿cómo llamarla? ¿Una broma de mal gusto? ¿Spaghetti Conan? Un desastre de principio a fin. Pasamos de la brutalidad y la seriedad de la primera película a un Conan que parecía sacado de una feria ambulante, con chistes malos, efectos peores, y un guion que parecía escrito en una servilleta usada. Parecía estar dirigida por alguien que nunca había visto la original. Y esa criatura del final… ¿Qué era eso? ¿Un villano o un disfraz de Halloween barato? Conan no sólo fue “el destructor”, sino también el auto-destructor. Esta película arrasó con cualquier posibilidad de que la saga siguiera adelante.
Sí, dije 10. Después han sido 11. Y la verdad, podría seguir porque esto es como abrir una bolsa de patatas: empiezas con una y acabas comiéndote hasta las migajas… Podría sacar muchísimos ejemplos mas de basura cinematográfica: Tiburón, la venganza, Grease 2, Men in Black: International, etc.