Para que quede bien claro que lo que hace nuestro presidente del gobierno quizás no sea muy legítimo, pero sí bastante habitual, repasamos los casos de 10 películas famosas no dirigidas por quien la gente cree, fenómeno conocido en el mundo anglosajón como “ghost directing”.
1. Poltergeist. Steven Spielberg dirigió de facto el clásico del terror, pese a que aparezca acreditado como realizador Tobe Hooper. Durante años se especuló con esta posibilidad, hasta que John R. Leonetti, que sabe de lo que habla pues ejerció como director de fotografía, desveló que “aunque Hooper aportó valiosas ideas, la película era la criatura de Spielberg, y siempre tenía la última palabra de todo”.
2. El enigma de otro mundo está firmada por Christian Nyby. El legendario Howard Hawks produjo este clásico de terror en blanco y negro, aunque aún se discute en qué medida ejerció como realizador. El libro “Howard Hawks: The Grey Fox of Hollywood”, del crítico de Variety Todd McCarthy, afirma que Nyby tuvo un papel mínimo en la dirección, pero Hawks le puso en los títulos de crédito como agradecimiento por haber salvado como montador el film Río Rojo, que al parecer había quedado bastante mal en manos de su editor original.
3. El tercer hombre,. El británico Carol Reed firma como realizador en este film de 1949, pero según la leyenda urbana en realidad la habría dirigido Orson Welles, el protagonista. Pese a ser el primero un competente director, responsable de títulos como Oliver! o El ídolo caído, abundan en el film planos brillantes, expresionistas y simbólicos que recuerdan a los de Ciudadano Kane, la legendaria ópera prima de Welles. Por otro lado, existen imágenes documentales de la época que atestiguan que Welles llegó al rodaje en Viena procedente de Roma en un tren, y se bajó del mismo con el atuendo que luciría Harry Lime, su personaje. Todo indica que él ya había decidido cómo se vestiría en la cinta. En realidad se ocupó Reed de la dirección. Pero debía estar bastante dispuesto a escuchar las sugerencias de Welles
4. Tombstone. La leyenda de Wyatt Earp. En 2006, Kurt Russell confesó que había dirigido el exitoso western después de que el estudio despidiera a Kevin Jarre, director original. Los jefes propusieron al actor que asumiera el cargo con la condición de que no recibiera crédito. Finalmente, se contrató a George P. Cosmatos, pero éste debía seguir las instrucciones de Russell al pie de la letra. Al parecer, Russell le juró a Cosmatos que mantendría la verdad en secreto mientras el director estuviera vivo. La estrella sólo reveló la verdad después de que éste falleciera.
5. Rambo. Se ve que el tal George P. Cosmatos ha trabajado en su vida menos que Kiko Rivera. Según la rumorología, en la continuación de Acorralado en realidad se ocupó por completo de la realización el propio Sylvester Stallone, protagonista de la cinta. Por aquel entonces, la estrella ya se había ocupado de La cocina del infierno, Rocky II, Rocky III y Staying Alive, por lo que tenía la suficiente capacitación profesional.
6. El retorno del jedi. George Lucas dirigió La guerra de las galaxias, en 1977, para después recurrir a Irvin Kershner, su antiguo profesor de la USC, para El imperio contraataca, pues debía permanecer en California para salvar a Lucasfilm de la quiebra. Kershner decidió no encargarse de la tercera entrega, por lo que Lucas trató de fichar a David Lynch. Éste pasó del tema, así que entregó las riendas a otro director, Richard Marquand, relativamente desconocido. Como Kershner se había pasado del presupuesto con su película, Lucas decidió controlar en todo momento a Marquand, y además se ocupó de la edición final para estar seguro de que todo estaba de acuerdo con su visión.
7. El Álamo. En teoría supuso el debut como realizador del mítico John Wayne. Le quedó de miedo, en lo que claramente tuvo “un poco” que ver que uno de los mejores amigos de la estrella, un tal John Ford, pasaba casi todos los días por el rodaje, y daba alguna que otra opinión, que sin duda fue sabiamente aprovechada. Cuando el Duque firmó su segunda peli, Boinas verdes, el maestro ya se había jubilado, por lo que no llega ni de lejos al mismo nivel.
8. Bailando con lobos. A ver, sí que tiene como autor real a Kevin Costner, así que no debe devolver el Oscar al mejor director que ganó con este título en 1991 (también se impuso en el apartado de mejor pelicula). Sin embargo, apareció alguna vez por el set su amiguete Kevin Reynolds, que estuvo al frente de algunas películas de la estrella, como Robin Hood, príncipe de los ladrones, y claro, ya que estaba allí echó una mano. Su aportación no fue suficiente para justificar que apareciera en los títulos de crédito, pero se ocupó de algunas escenas importantes, entre ellas la de la caza del búfalo, quizás el momento mejor resuelto. Él mismo reconoce que algo tuvo que ver. “Dirigí parte de esa secuencia no toda. Estuve liado con ese asunto tres semanas. Pensé que era divertido ayudar a un amigo”, reconoció en una entrevista Reynolds.
9. Psicosis. No, no me he vuelto un psicópata. No me queda duda de que esta cinta es obra de Alfred Hitchcock, pero ¿qué pasa con su escena más característica? La autoría de la secuencia de la ducha quedó en duda cuando el legendario diseñador de títulos Saul Bass, estrecho colaborador de Hitchcock, afirmó haberla dirigido. Hasta Janet Leigh aseguró que había tenido mucho que ver. Desde entonces, el consenso general reconoce que Bass contribuyó bastante, y diseñó la escena, aunque el Mago del Suspense tomó las decisiones finales.
10. Piraña II: Los vampiros del mar. Aunque se supone que con esta desastrosa cinta debutó James Cameron, que pese a todo la considera “la mejor película de pirañas voladoras jamás filmada” (no le falta razón), realmente el cineasta sólo se mantuvo en su puesto como realizador dos semanas, antes de que el productor, Ovidio Asonitis, le pusiera de patitas en la calle. Este último se encargó de finalizar la cinta. Le experiencia tuvo una parte positiva para Cameron, pues asegura que lo pasó tan mal durante el rodaje que tenía pesadillas por la noche. En una de ellas contempló a una mujer perseguida por un asesino robótico con apariencia humana. Nació así su film Terminator, que le encumbró como uno de los grandes.