Antes todo era fácil: encendías la tele, ponías el canal que te gustaba y, si no había ciclismo o “Cine de barrio”, te echabas una siesta y arreglado. Ahora no, ahora tienes que elegir entre Netflix, HBO, Prime Video, Disney+, Filmin… ¡Y cada una tiene su propio carácter! Pero claro, ¿cuál es la peor plataforma de streaming en España? Pues vamos a desgranarlo, porque hay para repartir.
Netflix. ¡Ay, Netflix! El gigante rojo, el titán del binge-watching, el que te vende las cosas como si fueran oro puro. Entras, y lo primero que te ponen es una serie documental sobre un asesino en serie que coleccionaba cromos de la liga mientras planeaba su próximo crimen. Y tú dices: “Bueno, suena a cultura”. Pero, ¡ojo! Después de dos capítulos ya te han liado con una serie coreana donde un grupo de adolescentes se enfrentan a un apocalipsis zombi… ¡y te quedas ahí enganchado! Pero el problema de Netflix es que parece la máquina de chicles del parque: metes la moneda, le das vueltas y te sale cualquier cosa. Un día una joya, y otro día… una serie polaca sobre panaderos que luchan contra vampiros. ¡¿Qué es esto, Netflix?! Y luego, cuando encuentras algo bueno, cancelan la serie después de una temporada. ¿Por qué? Porque sí. Porque Netflix se rige por las leyes del caos.
Vamos ahora con Max, o como yo lo llamo: “La plataforma lenta”. ¿Por qué tarda tanto en cargar todo? Tienes que entrar con antelación, como si fuera un tren de Renfe: “Me voy a poner un capítulo de Succession a las 8, así que lo abro a las 7 y media”. Y cuando por fin carga, parece que estás viendo todo en 720p, que dices: “Esto lo podía ver mejor en mi tele de tubo del 99”. Ahora, eso sí, Max tiene un catálogo impresionante, pero te da la sensación de que para ver una serie de Max necesitas un máster. Es como si te dijeran: “Eh, aquí están las mejores series, pero para entenderlas tienes que saber de política, psicología, economía…”. ¡Es una plataforma para intelectuales! A veces siento que si me ven riéndome viendo Juego de Tronos piensan: “Este no ha entendido nada”. Pero bueno, Max, bien por ti. Eso sí, por favor, ¡más velocidad!
Luego tenemos a Prime Video, o como yo la llamo: “la plataforma de las gangas”. Prime Video es como ir al mercadillo: hay de todo, desde cosas guays hasta cosas que no sabes ni cómo llegaron ahí. A veces parece que el algoritmo está jugando a despistarme. Un día te recomienda The Boys, que es una serie brutal, y al día siguiente te dice: “¿Te interesa ver esta película de los 80 sobre un perro que juega al baloncesto?”. Y tú te quedas pensando: “¿Qué sabe Prime Video de mí que yo no sé?”. Lo bueno es que como pagas el Prime para que te llegue rápido el pedido de calcetines que pediste a las 3 de la mañana, pues la plataforma es como un extra que te viene con el pedido. “¿Querías una batidora? Pues toma también El Señor de los Anillos en 4K”. ¡Gracias, Amazon!
Disney+. Esta es la plataforma que parece diseñada para tener a los críos callados durante horas. Tienes ahí a todos los personajes de tu infancia: Mickey, el Pato Donald, Elsa, los Avengers… y claro, cuando entras piensas que vas a volver a tu niñez. Te pones El Rey León y ¡pam!, media hora después estás llorando con Mufasa y diciéndote a ti mismo: “¿Por qué me hago esto?”. Disney+ es esa trampa emocional en la que caes pensando que verás dibujos animados felices y acabas en una montaña rusa emocional. Además, como no tengas niños, ¿qué haces cuando ya te has visto The Mandalorian y las pelis de Marvel? ¿Volver a ver High School Musical? ¡No me veo preparado para eso, Disney!
Y por último, Filmin. Filmin es esa plataforma que tiene un aura de seriedad. Es como el bar de copas de los hipsters del streaming. Todo el catálogo parece cine independiente sueco subtitulado. Entras en Filmin y automáticamente te sientes más culto, aunque no entiendas nada. Es una plataforma para gente que te suelta frases como: “Ah, yo no veo cine comercial, yo solo veo cine autoral búlgaro”. Y tú, con las palomitas en la mano, te sientes sucio porque te has tragado tres temporadas de La Casa de Papel en dos días.
Entonces, ¿cuál es la peor? Depende. Si te molesta la indecisión, es Netflix; si te desespera la lentitud, HBO; si te agobia la anarquía, Prime Video; si lloras mucho, Disney+; y si no te has hecho gafas de pasta, Filmin.