Pero los escrúpulos pueden ser bastante útiles en otras cuestiones, por ejemplo, si no tuviera la certeza de que cualquier libro futuro de Dan Brown aburrirá a las ovejas (como los anteriores), estaría condenado a leerlos todos para poder emitir una valoración de los mismos. Como buen profesional de la crítica de cine se supone que debo acudir a los visionados sin ningún tipo de recelo o valoración previa. Al menos en teoría, pues si une acude a ver la última de Uwe Boll, responsable de truñacos pantagruélicos como Alone in the Dark o House of the Dead, ya sabe de antemano que una obra maestra no va a ser.
Confieso que pese a mis buenos propósitos de no opinar hasta no terminar de ver un estreno concreto, existen varios tipos de películas que no soporto. El día en el que vea una buena que pertenezca a uno de estos grupos lo reconoceré, pero no creo que eso suceda.
10 tipos de películas que aborrezco:
1. Protagonizadas por cómicos televisivos americanos. No se sabe muy bien si son profetas en su tierra, pero aquí no le vemos la gracia por ningún sitio a Kevin Hart, Adam Sandler, Will Ferrell, Rob Schneider o el insufrible Chevy Chase. O recurren a chistes escatológicos que no dan ninguna risa, o dicen cosas extrañas, que parecen estar haciendo referencia a asuntos que aquí desconocemos por completo.
2. Las supuestamente escandalosas. Esas películas que se promocionan con lemas estilo “¿se acostaría usted con un señor que no fuera su marido por un millón de dólares?”, o vienen precedidos de supuesta polémica por sus escenas tórridas, pero luego la peli no existe por ningún sitio. Adrian Lyne fue el rey del género con títulos como Nueve semanas y media, aunque ahora he llegado a la conclusión de que era un maestro, tras la nueva hornada, encabezada por la execrable Cincuenta sombras de Grey, o la cinta de sexo juvenil After, aquí empieza todo.
3. Basadas en una serie televisiva de antaño. Sí, se acertó con Los intocables de Elliot Ness, pero normalmente no hay quien aguante bazofias como Starsky y Hutch, SWAT, los hombres de Harrelson, Los Ángeles de Charlie, Embrujada, y no digamos Los vigilantes de la playa, el film más chapucero de la historia.
4. Cualquiera en la que salga Nicolas Cage de los últimos 20 años. No estaban tan mal Dream Scenario, o Pig, pero en general creo que se ha vuelto majara y escoge a conciencia lo peor de lo peor. Ni aposta se pueden lograr pelis tan malas como Prisioneros de Ghostland, Jiu Jitsu, El agente, Arsenal, Tokarev, Mamá y papá, Mandy, y sobre todo Ghost Rider. Espíritu de venganza, secuela aún peor que la primera entrega, El motorista fantasma, que ya es decir.
5. Parodias. Guardo un estupendo recuerdo de Aterriza como puedas y similares. Pero ahora, fallecido Leslie Nielsen, el muso del género, se siguen rodando insoportables imitaciones que aburren a los cadáveres, como Casi 300, Scary Movie, Híncame el diente y otras que me erizan el pelo del cogote sólo de recordar.
6. Aquella en cuyo cartel ponga “basada en el popular videojuego…”. Resulta difícil escoger al mayor engendro surgido de las consolas, Nunca entenderé por qué cada vez que saca película Roland Joffé se publicita como “del director de La misión”. Para mí que debe ser porque si pone “del director de Super Mario Bros.” ni los más intrépidos misioneros se aventurarían a entrar en el cine. Por norma general del material original poco se puede sacar. Yo me hago cargo. O sea, te contratan para llevar al cine PacMan, quiero decir el Comecocos, y en fin, no hay mucho que rascar, ya puedes poner a de fantasmita que nada.
7. Precuelas. Aún estoy traumatizado por La amenaza fantasma, muy decepcionante para alguien que había crecido con la trilogía clásica de La guerra de las galaxias. Pero es que no recuerdo ninguna que funcione. Detesto sobre todo las que llevan en el título el término “origen”, como 300: el origen de un imperio, Halloween. El origen, X-Men Orígenes: Lobezno, G.I. Joe el origen de Cobra, La matanza de Texas: el origen, Los inmortales: el origen, o Hannibal, el origen del mal. Me origina retortijones solamente leer la palabreja.
8. Tipo duro con niño. Cuando una estrella del cine de acción se hace viejo, y empieza a perder el favor del público, siempre intenta recuperarlo rodeándose de infantes, como en el caso de Arnold Schwarzenegger (Poli de guardería), Dwayne Johnson (Rompedientes), Bruce Willis (The Kid) o Vin Diesel (Un canguro superduro). A cuál más grimosa. Preferiría que me atizaran sus protagonistas en la cabeza antes que volver a ver esos títulos. Hasta Chuck Norris calló con Juntos para vencer. ¡No, Chuck, tú no!
9. Las españolas. A quien le cuento esto me responde que ha visto La sociedad de la nieve y le ha ha gustado mucho. Sí, claro, y a mí, pero según datos del ICAA pasan por salas 264 títulos patrios al año, lo que significa que las otras 263 las hemos visto algunos desafortunados críticos y familiares del director que no han podido librarse del marrón. La recaudación de una cosa llamada Drácula de Denise Castro asciende a 275 euros, lo que supone menos de treinta localidades vendidas. Por suerte para la Humanidad.
10. Películas con perro. Películas con perro. Adoro a los canes, pero películas de mascotas, tipo Beethoven, uno más de la familia resultan difícilmente soportables para un ser humano que no haya perdido el oremus. Atención… ¡como el animal en cuestión hable te entran ganas de quemar el cine!